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Muchos pacientes me preguntan cuál es la mejor forma de lavar el cabello y el estado en el que debe estar el agua. Sin embargo, tanto el agua fría o caliente tienen sus pro y sus contras a la hora de enjuagar el cuero cabelludo.

Agua Caliente:

Ventaja: Enjuaga la suciedad que se acumula en el pelo, debido a que el vapor abre los poros y elimina mejor la grasa que hay en el cuero cabelludo.

Desventaja: Aumenta la porosidad del cabello, dejándola quebradiza ya que barre con los aceites y humedad natural del cabello.

Agua Fría:

Ventaja: Sella la humedad del cabello y aumenta el brillo, ya que el agua fría logra alisar el cabello cerrando las escamas de la cutícula, añadiendo al mismo tiempo mucho brillo.

El agua fría mejora la circulación de la sangre en la cabeza. Es por esto por lo que cuando te duchas con agua fría, los capilares se contraen y la sangre tiende a circular más rápido para mantener la temperatura corporal. Esto ayuda a reducir la pérdida de cabello.

Desventaja: Quita volumen y movimiento, por lo que si tienes el cabello fino es mejor lavar el pelo con agua tibia. Ahora, si tienes el pelo rizado es mejor lavar el pelo con agua fría.

Lo ideal es no irse a ninguno de los extremos. Con ambos métodos sobre la mesa, la mejor forma de lavar tu cabello sigue consistiendo en usar ambos métodos: empezar con agua caliente y finalizar con agua fría. De esta forma, puedes obtener los beneficios de ambos métodos. Al usar agua caliente primero, vas a disolver y limpiar los productos para el cabello, mientras abres tus poros y cutículas capilares, lo cual ayudará cuando empieces a masajear tu cabello con champú y acondicionador. Luego, al usar agua fría, cerrarás nuevamente tus cutículas y poros mientras sella la humedad que mantendrá tu cabello sano, brillante y libre de frizz.

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